Estratégias nutritivas para el viñedo: el abonado otoñal

Un correcto abonado del viñedo previene y evita los daños causados por las carencias nutricionales.
Abonar al final del ciclo productivo favorece un óptimo desarrollo de las plantas y una mejora cualitativa de las uvas.

La agricultura de precisión, el usos de los sistemtas satelitales y mapas de prescripción además, permiten la optimización del uso de los fertilizantes.

El abonado en otoño tras la cosecha, antes de la caída de las hojas, es una práctica cultural que no debe ser subestimada. Es el momento mejor para reintegrar al terreno aquello que ha sido usado por la planta durante el ciclo y permitir a la vid crear las reservas que le servirán para afrontar el invierno y la próxima campaña.

Los macronutrientes fundamentales: nitrógeno, fósforo y potasio deben estar disposibles para la planta en el momento justo, de manera que se pueda garantizar una nutrición adecuada ya desde las primeras fases. El fósforo es de gran importancia; se trata de un elemento poco móvil en el terreno por lo que es necesario aportarlo no sólo en la cantidad justa sino también de posicionarlo en modo que pueda ser rápidamente asimilado por las plantas y evitar así posibles carencias y manifestaciones de su síntomas.

Los daños debidos a carencias de los elementos nutritivos se manifiestan a través de una disminución de la fotosíntesis, hojas amarillentas o necrosis, plantas poco desarrolladas, uvas de baja calidad y, en el peor de los casos, pérdida de la producción. Por tanto, es necesario integrar todos los nutrientes con el abonado para que el terreno sea rico y pueda aportar a la planta aquello que necesitará durante su ciclo biológico.

Acabada la vendimia llega el momento de abonar el viñedo y nosotros de Cerea FCP queremos compartir la importancia y las ventajas del abonado en otoño.

Nuestros consejos para el correcto abonado de la  vid

En Cerea FCP queremos seros útiles en la elección del abono ideal que cubran las exigencias de vuestro viñedo y ayudaros durante todo el ciclo productivo de vuestras plantas. Por ello, en los últimos años, hemos desarrollado un paquete productos/servicios para optimizar el abonado de la vid.
Este paquete comprende:

- productos granulados y especiales seleccionados, adaptados a cada fase del ciclo vegeto-productivo

- un sistema de medición por satélite que permite monitorar una parcela y evaluar distintos parámetros técnicos en remoto. Para saber más podéis leer el artículo aquí.

En el interior de nuestra línea viñedo, los dos productos recomendados para el abonado son Vinfrutto a una dosis de 300 kg/ha y Bluactive a una dosis de 400 kg/ha.

Vinfrutto es un abono órgano-mineral granulado complejo NPK 8.6.14 con 3% de calcio, 2% de magnesio, 30% de azufre soluble y microelementos (boro, hierro, zinc) con un 2% de nitrógeno orgánico y ácidos húmicos.

El uso de Vinfrutto 8.6.14 en otoño grantiza:

  • una lenta cesión del nitrógeno con una absoricón fraccionada en el tiempo
  • relación C/N que, junto a los ácidos húmicos, estimula la actividad microbiológica del terreno
  • una mejor asimilación del fósforo ya que está ligado a los ácidos húmicos
  • robustez de los tejidos gracias a la presencia del calcio
  • potenciación de los distintos procesos metabólicos así como una menor incidencia de carencias nutritivas gracias al magnesio, azufre y los microelementos presentes 
  • un mejor cuajuado de los frutos gracias a la presencia de potasio y azufre
  • un aumento del grado Brix ya que el zinc y el potasio intervienen en los procesos de producción de los azúcares.

Blueactive es un abono mineral granulado complejo NPK 11.11.16 con un bajo contenido de cloro, con 2% de magnesio, 30% de azufre soluble, boro y zinc.

El uso de Bluactive 11.11.16 en otoño garantiza:

  • una liberación gradual de los nutrientes limitando las pérdidas
  • una nutrición adecuada ya desde las primeras fases 
  • una mejor absorción del fósforo dada su solubilidad 
  • una menor incidencia de carencias nutritivas gracias a la presencia de los microelementos 
  • un aumento de la actividad fotosintética ya que contiene magnesio y azufre
  • una mejor fertilidad de la flor debida a la presencia de boro y un aumento en el cuajado gracias al azufre y el potasio solubles
  • un incremento del grado Brix dado que el zinc y el potasio intervienen en los procesos de producción de los azúcares.

La opinión de nuestros clientes es nuestro mejor eslogan

En Cerea FCP creémos que el mejor modo para avalar la eficacia de nuestros productos y la calidad de nuestro trabajo, sea a través de los feedback que recibimos de nuestros clientes.

Os contamos brevemente la experiencia Cerea FCP acaecida durante el 2019 en colaboración con una finca vitivinícola ubicada en la colina Marchigiana. Nos encontramos un viñedo con producción de verdicchio donde, al final del ciclo, aparecían síntomas de carencia, rendimiento escaso y baja calidad. 

Según la información dada por Filippo Paolasini, agrónomo de la finca, el viñedo manifestaba algunas áreas con fuertes deterioros vegetativos y un amarilleamiento de las hojas muy generalizado.

Para profundizar mejor en los problemas encontrados y dar una repsuesta, hemos llevado a cabo un estudio basándonos en el análisis del terreno del 2015 que la finca nos ha facilitado y un análisis de los pecíolos foliares (primavera 2019) y dividiendo la parcela en dos áreas.

Figura 1. Vista aérea de la repartición de los terrenos examinados y de la posición de las dos muestras TC1 y TN2

A partir de los resultados del análisis del terreno, se observa que el terreno muestra 1 posee una textura arciolloso-limosa (contenido de arcilla 36%). Se trata de un terreno fuertemente calcáreo  con un porcentaje de cal activa muy elevada (174g/kg), un pH de 8,1 y una CSC de 21.5 meq/100g.  Esta combinación con el terreno arcilloso, disminiye mucho la disponibilidad efectiva de los elementos nutritivos (insolubilización debida a la formación de sales).

En cuanto al terreno muestra 2 se puede observar una textura arcillosa (48% de arcilla), es un terreno fuertemente calcáreo con excesiva presencia de cal activa (168 g/kg) y un pH de 8,1. Su CSC es incluso más elevada, 24,9 meq/100g. Sin embargo, como en el caso anterior, esta combinación con el terreno acilloso disminuye mucho la disponibilidad efectiva de los elementos nutritivos. 

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Tabla 1: resultados del análisis del terreno

Además, a partir de la tabla se puede observar que el fósforo asimilable en ambos terrenos es muy escaso. Esto es debido principalmente a la fuerte presencia de cal activa y el pH elevado igual a 8,1. El fósforo es un elemento poco móvil en el suelo, cuya absorción se ve influenciada seriamente por un pH alcalino, factor que provoca una insolubilización a través de la precipitación del fósforo en Fosfato de calcio.

Sucesivamente, en la campaña 2019 (primavera) hemos llevado a cabo un análisis de los pecíolos foliares recogidos justo después de la floración (hoja opuesta al racimo) con la intención de evaluar su contenido en: calcio, magnesio, cobre, hierro, zinc y manganesio (ver tabla 2).

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Tabla 2: resultado del análisi de los pecíolos foliares expresado en ppm

Comparando los datos obtenidos con aquellos referidos en bibliografía, podemos afirmar que los elementos Calcio y Magnesio presentan valores inferiores a aquellos considerados óptimos [1]

 (3.000-5.000 ppm para el magnesio y 10.000-30.000 para el calcio).  Por lo que a Cobre y Zinc se refiere, los valores encontrados son superiores, mientras que en el caso del Hierro y el Manganesio están dentro de la media.

A pesar de que el análisis del terreno mostraba un valor para el Magnesio intercambiable medio (TC1) y elevado (TN2), con una relación Mg/K óptimo en ambos terrenos (3,3 y 4,1), las características físicas y químicas del suelo en realidad (textura arcillosa, cal activa y CSC elevado, pH 4,8) provocan una reducción de la disponibilidad del magnesio. En tales condiciones Magnesio y Potasio entran en competición favoreciendo la absorción y asimilación del K perjudicando el Mg. Motivo por el cual, sea en el análisis de los pecíolos que en las plantas en sí, se han encontrado valores y síntomas debidos a su carencia.

[1] Grapevine Nutrition, Mark L. Chien, Penn State Cooperative Extension,Lancaster, PA,  lc12@psu.edu
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Figura 2. Síntomas evidentes de carencia de magnesio en hojas viejas (10/09/19) -Foto tomada por F.Paolasini.
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Figura 3. Síntomas evidentes de carencia de fósforo (10/06/19) - Foto tomada por F. Paolasini.

De la figura 2 se pueden apreciar síntomas de carencia de magnesio en las hojas más viejas: amarilleamiento con nérvios más señalados en verde. Sin embargo, en la figura 3 se observa una falta de desarrollo de las plantas, poca vegetación, además de una floración muy escasa, síntomas debidos principalmente a la falta de absorción del fósforo en las fases iniciales.

Tras el estudio de los datos recogidos y de la experiencia del agrónomo Filippo Paolasini, el departamento agronómico de Cerea FCP ha sugerido una estratégia nutricional mirada, con la finalidad de resolver estas deficiencias.

Se ha recomentado por tanto, el uso de  Vinfrutto 8.6.14 a unas dosis igual a 300 kg/ha en el abonado de otoño y una segunda aplicación antes de la abertura de las yemas en primavera. Además, se ha aconsejado realizar un abonado enriquecido con Fósforo privilegiando las técnicas de distribución capaces de aportar el abono cerca del aparato radicular (utilizando un subsolador, ver figura 4).

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Figura 4. ESubsolador de abono. Foto Arizza Srl.

Hemos querido preguntar al agrónomo Paolasini su experiencia con los productos Cerea FCP; a continuación os dejamos un breve comentario referido a la colaboración emprendida con la finca agrícola:

Soy Filippo Paolasini, agrónomo. He utilizado el producto Vinfrutto en el abonado primaveral en un viñedo ubicado en la provincia de Ancona. La elección ha sido tomada en base al análisis foliar realizada por Cerea FCP que ha mostrado, cruzando los datos con el análisis del terreno, algunas deficiencias nutricionales debidas a desequilibrios en el balance Mg/K. Aportando Vinfrutto en primavera y  otoño hemos conseguido mejorar la eficiencia de la absorción de algunos elementos (magnesio y fósforo principalmente) obteniendo una mejora neta en el desarrollo de las plantas